Me envuelve entre sus sombras y me escurre en sus veredas
Poniendo el rocío en mi boca como sílabas breves.
Tan lejanas veo las horas del día
Como los pétalos florecientes de aquella radiante primavera
Artífices de esa risa que hoy miro con lejanía
Mientras todo se consume en tu mirar…
Tus ojos me pueden.
Mis labios sedientos te buscan, te ansían
Recordando cada rastro de tu huella, como las manos mías
Y en la vulgar utopía de creerte solo mía
Tu silencio es el amparo de tu risa…
De tu risa vacía.
Y surges en la nueva madrugada
Como un gato cruzando el pasillo con sus pasos leves
Esos ojos que han mirado fijamente los míos
Tus besos que envenenan
Recuerdo y hastío.
Más hoy ruge el viento cual fiera hambrienta que espera
Y entre sus notas denota, que siempre sigues aquí
Y en la crueldad de tu olvido dejo morir la quimera
Porque comprendo nunca, nunca serás para mí.
A veces soy yo, a veces ti.
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