Esperé ansiosa ese viernes venidero, contando una a una las horas mientras contemplaba el aire desde mi balcón.
El tiempo parecía infinito y el sabor efímero de sus labios se esparcía como una cálida lluvia de verano sobre el contorno de mi piel erizada y repleta de sensaciones. Y seguía ansiosa. Esperaba ansiosa por él.
Pronto estubo frente a mi, no se como sucedió. Solo se que miró fijo a mis ojos y sonrió acercandose. Suavemente introdujo su mano por debajo de mi vestido y acarició una a una las vertebras de mi espalda. Su aliento jadeante y sutil se entremezclaba con la delicia adictiva de la humedad de nuestros besos. Un intenso escalofrío invadió mi cuerpo y sentí que ya me había trasladado a otra dimensión.
Y para que voy a contarles el resto?
Una mano se posó sobre mi hombro desde atras y desperté nuevamente a la realidad...
ruth_medinna@hotmail.com
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