jueves, 13 de enero de 2011

En busca de mi...

Anita tenía un concepto desde niña que decía que la masturbación es un pecado. Pero a esta altura había comenzado a buscarse a si misma y aún mas allá de las necesidades fisiológicas como mujer. El mundo esta continuamente en evolución y eso nos permite ser acreedores de experiencias que tal vez antes no nos hubiéramos animado a realizar. Así que comenzó a relajarse y encontrarse consigo misma. Bajo las luces y encendió unas velas, escogió unos hornillos con esencia perfumada de vainilla y algunos sahumerios del mismo aroma, su favorita.

Lleno la bañera con espuma y sales. Todo el ambiente estaba agradable como a ella le gustaba, así que comenzó a sumergirse en el agua y acariciar dulcemente su rostro mientras el roce de sus manos se deslizaba delicadamente sobre sus hombros, luego acariciaba sus pechos y jugaba con sus pezones, sus brazos emitían caricias entre si que luego alcanzaban su vientre y hacían leve presión contra el mismo. La estructura de su palma y la delicadeza de sus dedos seguían luego el contorno de sus piernas deslizándose de arriba hacia abajo y volviendo una y otra vez, iniciando un camino cada vez mas interno hacia la entrepierna.

Luego su mano izquierda se desliza en otra dirección, esta vez con movimientos mas continuos y con mayor intensidad de presión chocando contra su vientre nuevamente mientras la izquierda toma la dirección se su clítoris acariciándolo con roces disueltos en el mismo agua, jugando una y otra vez con el  mismo hasta comenzar una cuidadosa penetración cada vez mas intensa y con movimientos mas ligeros.

Anita no quiere detenerse, se escabulle en placer y pierde la noción del tiempo.

Todo sucedió. Se masturbó y se siente sumamente relajada y libre de sus propias presiones, ya no piensa en las creencias, los pecados y todas esas falsas doctrinas que no permiten a las personas disfrutarse y encontrarse a si mismas.
Continuará...

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